
En contraste con estas atmósferas sonoras ambiguas, a menudo aparecen también fuertes estallidos repentinos de sonido o música (stingers) que funcionan como sustos. Donnelly describe estos sonidos como “primarios”, reflejando el trabajo psicológico que enumera el reflejo del tronco cerebral (respuestas instintivas a eventos sónicos repentinos) como un medio musical de inducir emociones.